sábado, 29 de agosto de 2009

Una de cal, una de arena y una de carretera

Con esas tres palabras se resumen los dos últimos conciertos. Muchos kilómetros bajo las ruedas, un concierto bastante triste en Alcalá de Henares y uno jodidamente bueno en Madrid.

Todos teniamos asumidos que el concierto de Alcalá era calentamiento para Madrid, pero ninguno nos podiamos imaginar el panorama desolador que nos esperaba. Cuatro gatos, tres de ellos yonquis y un técnico de sonido (si se le puede llamar así) que después de hacer la prueba sin él y dejarlo perfecto, llegó al concierto para convertirlo en una fiesta de acoples (dos acoples más y empiezan a llegar ballenas en celo).

Seis dias despues, y con el trauma aun por superar, nos metimos otra pechada de kilómetros y llegamos a Madrid. Para empezar no pintaba bien, los chicos de Eclíptica habian pospuesto la prueba de sonido a las 7 con la idea de empezar a montar a las 6 y probar a las 7. Naturalmente el técnico entendió que aparecía a las 7 y cuarto para empezar a montar. Con el concierto programado para las 9, hicimos una prueba de sonido bastante pro y dejamos suficiente tiempo a Eclíptica para probar antes de que abrieran las puertas.

Y empezaron a fluir las buenas sensaciones y a desaparecer los malos augurios. Una entrada más que aceptable, buen concierto de Eclíptica, la gente animada y hora y media a nuestra disposición, momento de soltar todo lo que llevábamos dentro.
Buen concierto, la gente muy satisfecha con el sonido, dentro los guitarristas quejándose de que no se oían (para variar) y yo dando watiazos (Añado que las guitarras estaban microfoneadas y yo no, por eso yo estaba a tanto volumen dentro y por eso aunque los guitarristas lloraran, fuera se les oia), y lo nunca visto, Durga sobrada de sonido ^^
Con todo sobre ruedas, se acerca el final del concierto, la santísima leñidad (Elvenfall, In hell, Memories of the missed) pero como Fer se oye poco lleva todo el concierto aporreando más de la cuenta, ergo, rompe cuerda. Tensión, vamos a cubrir la situación. Forzamos a Martín a hacer un solo de batería mientras se cambia cuerda a cuatro manos. El técnico de sonido pone musiquilla por las pantallas y el buen ambiente de directo empieza a perderse, la gente se dispersa, la cuerda (como toda cuerda nueva) no se deja afinar.
Volvemos, descentrados, como cuanto te cortan el rollo a mitad de polvo y te dispones a seguir. Para cuando vamos con In hell ya parece todo arreglado ¡Fuck! estamos en tiempo añadido, cuando empezamos a sonar el técnico nos da luces para llamar la atención.

Le ignoramos, hay que tocar como sea.

Y ahí entra en juego una habilidad que desarrollan los músicos tras unos cuantos ensayos con watiazos, la comunicación a berreos por encima de chorrocientos watios, que acaba siendo un "creo que se lo que dices + por el contexto puede ser + te he medio leído los labios". La comunicación vino siendo un "Martín, acelera que vamos pasados - Recibido", "Fer, enlaza Memories para que no nos puedan cortar - Recibido". Y funcionó. Tocamos un In hell 10 puntos por encima de lo debido y mientras moria el último acorde empezaba a sonar Memories. Más luces intermitentes, ya nadie mira al técnico, más luces, solo espero que el micro siga sonando cuando Durga empiece a cantar, ouh yeah, suena. Metal a tope, quemamos los últimos cartuchos con una sonrisa de oreja a oreja, en ocasiones ser músico mola.

Fin de concierto, vender un par de discos, recibir alguna felicitación, jugársela al camarero y cambiar nuestros ticket-botellín por copas y pintas de Paulaner, perderse conduciendo por Madrid, llegar a la casa que en su infinita generosidad los chicos de Ecliptica nos habían dejado para dormir.

Al día siguiente, la metáfora daemente en plena esencia: carretera, cansancio, ganas de más, saber que hasta dentro de cuatro meses como mínimo no vamos a volver a coincidir los cinco, planes y más planes de lo que haremos cuando volvamos a coincidir.

Y cuales son esos planes a corto plazo? Todo depende del calendario y las posibilidades que haya para ensayar ahora que han derribado La Salle, pero todo apunta hacia el acústico. En algún punto entre el mínimo de Durga, Fer y una pandereta, y soñar con los cinco más un cuarteto de cuerda y un piano, habrá alguna configuración dispuesta a ser explorada. Todo se andará.

Dejo en el tintero un post del que para mí fue el ensayo más útil de Daementia y que no puedo por menos de recomendar a todos los músicos, limpiar las canciones.

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